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jueves, 15 de noviembre de 2012

En su propia guerra el arbitraje cubano

¿Juez o parte?: interrogante que satura al negro los honorables “grises” sobre el diamante beisbolero. Incluso el menos entendido descubre cuán bueno resulta el árbitro cuando no destaca en el terreno mas, por estas fechas y coyunturas del pasatiempo cubano, semejante anonimato parece imposible hasta en referentes.

Calidad, preparación, nivel, techo: todos conjugados sobre la enorme elevación que domina hoy la apasionante rutina de bolas y strikes, incluido, por supuesto, lo concerniente al arbitraje criollo. Y así lo confirmó Luis César Valdés en su visita a Cienfuegos para la conformación de los Elefantes.

“Esta será una temporada muy exigente –señala. Yo le puse ‘la guerra del ´95’: cualquiera puede quedar fuera tras los 45 desafíos y no hay chance para recuperarse ni levantar cabezas más tarde. Por eso, tomamos medidas para no definir ningún juego por una mala decisión nuestra. Nos toca resolver los problemas aquí dentro, pues no podemos ir al extranjero por las soluciones, como sí defienden en el caso de los peloteros.

“Lo primero fue reestructurar la Comisión de arbitraje, encabezada ahora por Luis Daniel del Risco –anuncia. Rescatamos la Escuela nacional ‘Rafael de la Paz‘, en Villa Clara y escogimos a la Perla del Sur como subsede de la misma. Para ello contamos con el apoyo de Raúl Hernández: por su experiencia, trabajo…

“En la próxima campaña no aplicaremos la rotación en la grama, pues no todos tienen la misma calidad –explica. Los primeros dos hombres de cada grupo llevarán sobre sus espaldas la responsabilidad de los encuentros; tal vez algunos terceros puedan asumir el rol en determinado momento, pero contados.

“Realizaremos un corte al término de la primera fase: con ocho elencos en competencia solo necesitamos la mitad de hombres. Para ellos implica un reto inmenso el saberse en eliminación y en riguroso chequeo: somos de la misma familia, nos queremos mucho; mas no habrá piedad ni amiguismo.

“Y nos equivocaremos, llámense a reflexión –reconoce. Sin embargo, muchos errores responden a una escasa preparación y calidad: tenemos hombres con 15 series nacionales y aún figuran cuartos en el orden de sus grupos. Entonces unos son buenos: no botan a nadie, no se meten en nada; y los otros, extremadamente cumplidores ¿dónde está la media? Al final apenas dos o tres nos echamos al público encima al exigir como corresponde. La estructura actual no nos permite el lujo de desarrollar árbitros.

“Nuestro equipo nacional sufre en cada viaje fuera del país: lo vimos recientemente en México cuando les cantaron siete u ocho box a los lanzadores y en Japón será la misma historia. Así no se puede.

“Pero también va con los atletas: muy obedientes en el equipo Cuba y una actitud diferente en sus elencos de provincia. Nosotros haremos cumplir el reglamento, sin inventar nada nuevo y va para todo el mundo: manager, jugador o el mismísimo director del ‘Cuba‘. No habrá bandera blanca con nadie: esto es guerra; disciplina y más disciplina.

“Por supuesto, primero necesitamos cumplirla nosotros para ganar en respeto. Y hemos sido muy blandos en algunas situaciones y tamañas concesiones nos embarcan. Si yo pago dos años de sanción por una pifia ¿no puede hacerlo un atleta? ¿O un manager? Debemos respetar al pueblo”.

Tomado de El Elefante Verde

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