Por: Rolando Lluch Fernández
Resulta imposible hacer un
recuento de nuestro béisbol revolucionario sin detenernos en uno de los
peloteros más importantes en la historia de nuestras Series Nacionales. Para
muchos Wilfredo Sánchez, estelar jardinero derecho de los equipos matanceros y
de Cuba, ha sido el mejor primer bate de la pelota cubana desde que en 1962, se
iniciaran los campeonatos amateurs.
El más joven de los Sánchez fue el
más popular, carismático y famoso de la familia. Nacido un 1ro de junio de 1948
en la finca Elizarde, perteneciente al municipio matancero de Jovellanos,
Wilfredo debutó en la sexta Serie Nacional de Béisbol de 1966 vistiendo la
franela del equipo Centrales.
Su primer jit lo conectó frente a
Roberto Valdes el estelar lanzador del aquel entonces equipo de Orientales. Este
suceso ocurrió en el histórico Palmar de Junco y creó el primer eslabón de una
cadena que no se rompería hasta llegar a los 2174 indiscutibles de su carrera
deportiva.
Desde su inicio en las filas
juveniles adoptó el número 19 en su camiseta de la cual no se apartaría jamás.
Junto a Félix Isasi y Rigoberto Rosique selló la inolvidable tanda de los tres
mosqueteros que inmortalizaría a finales de los años sesenta el narrador Bobby
Salamanca. Por su aterradora ofensiva y velocidad en el corrido de las
almohadillas fue bautizado de diferentes maneras como son: ¨El gamo de
Jovellanos¨ o ¨El hombre hit¨ y hasta ¨El cometa de Matanzas¨.
Siendo muy joven todavía obtiene
en su tercera temporada, la primera de sus seis coronas de bateo, además de
imponer uno de los récords mas añejos de nuestro béisbol al llegar en trece
ocasiones con una sola conexión a la tercera almohadilla. También en esta serie
fue el mayor productor de hit con 140, marca que se mantuvo intacta durante
tres décadas hasta que el pinero Michel Enríquez cosechara 152 indiscutibles,
pero con bate de aluminio.
Con su equipo Henequeneros se
proclamó CAMPEÓN en la décima Serie Nacional de béisbol, campeonato en el cual
fue de vital importancia al liderar los departamentos de bateo, jit, anotadas y
bases robadas.
Su debut en el equipo Cuba para
muchos entendedores fue un poco demorado, si tenemos en cuenta su rendimiento
desde que piso por primera vez un terreno de pelota en un campeonato nacional.
El momento tan ansiado llegó en los Juegos Centroamericanos de Panamá en 1970. Allí
el plantel cubano logró el título y Wilfredo marcó sus dotes de grandeza en el
elenco principal, tanto fue así que participó consecutivamente en 14 eventos
internacionales divididos en siete campeonatos mundiales, tres panamericanos,
tres centroamericanos y una Serie Mundial.
Entre sus grandes premios al
esfuerzo deportivo se recuerdan que fue el primer bateador en llegar a la marca
de los mil y los dos mil hit en campeonatos nacionales, también fue el primer
jugador que obtuvo tres coronas de bateo en tres décadas diferentes
(1960-1970-1980).
Wilfredo Sánchez fue un pelotero
disciplinado y muy querido de la afición por su sencillez y modestia. En el
momento de su despedida en el año 1985, encabezaba varios departamentos ofensivos.
Por su largo historial en nuestro
país y en la arena internacional, así como por la inmensa calidad deportiva fue
escogido entre los 100 mejores atletas del siglo XX en Cuba, en votación
popular efectuada en el año 2001. Premio a un hombre que durante casi dos
décadas dejó recuerdos imborrables en los diamantes beisboleros por su talento.
Nadie como él hizo del bateo un
arte, y por ello su nombre aparece con letras doradas en la rica historia de
nuestro mayor pasatiempo nacional. Honor a quien honor merece.
(el autor es compilador y estadístico del béisbol en Las Tunas)
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