Por: Aramis Martínez Ocanto.
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Tambaleándose sobre una cuerda floja ha cerrado el voleibol femenino cubano este cuatrienio, lleno de sin sabores y constantes tropiezos que hacen ver con escepticismo el futuro de este deporte en la mayor de las antillas.
Muchas son las razones que pueden haber motivado este declive, desde el retiro prematuro de varias figuras experimentadas, la salida por voluntad propia de otras, las indisciplinas y hasta las decisiones de la federación cubana.
La ausencia a los juegos olímpicos de Londres 2012, no fue más que la gota que colmo la copa, un vistazo a los sucedido desde el 2009 deja ver claramente el notable y progresivo descenso.
De los grandes eventos solo puede recordarse con agrado la medalla de plata de los Juegos Panamericanos de Guadalajara en 2011, pues un año antes se descendió hasta un impensable duodécimo lugar en el Campeonato Mundial de Japón.
El más importante de los eventos que anualmente organiza la federación internacional de voleibol el Gran Prix, no contó con la actuación de las voleibolistas cubanas, durante dos temporadas.
Iniciando el ciclo no se asistió, tras no alcanzar la clasificación y en 2010 por la decisión de la federación cubana de no participar en el torneo continental que tuvo lugar en la ciudad estadounidense de Miami.
Las morenas del caribe reaparecieron en el gran Prix del 2011 con un lugar 12 entre 16 equipos en competencia y este año accedieron a la final pero terminaron en el sexto puesto con una discreta actuación, cinco derrotas en las cuales no pudo siquiera ganar un set.
Los índices de rendimiento del conjunto fueron alarmantes téngase en cuenta que promediaron 21,6 errores por partidos y la recepción trabajo para menos de un 40 por ciento.
Las competencias del área de norte Centroamérica y el Caribe, son la más clara expresión del estado actual del voleibol femenino cubano, pues en las dos últimas versiones han finalizado fuera del podio de premiaciones, algo que jamás había ocurrido desde 1971.
Y más alarmante resulta ver que, la selección juvenil finalizó en el noveno lugar del mundial México 2009 y en el duodécimo en Perú 2011, lo que muestra un evidente deterioro de la estructura de este deporte en nuestro país.
Estoy seguro que la Federación Cubana, trabajara para devolver al sitio que le pertenece al voleibol femenino cubano, un deporte que atesora entre otros grandes resultados tres títulos olímpicos y mundiales.
La tarea no será nada fácil púes lo que hoy recibe la escuela nacional de esta diclina, no tiene la calidad de la materia prima que antaño llegaba a las preselecciones nacionales, como resultado de un excelente plan de captaciones y posterior desarrollo en las escuelas de iniciación deportiva.
Mientras el mundo se mueve en la formación de una voleibolistas más integral, capas de exhibir un rendimiento bien parejo en todos los órdenes de juego, nosotros seguimos apostando a la potencia en el salto y la fuerza en el ataque de nuestras jugadoras, por demás debilitados.
Por eso creo que el plan de trabajo no debe encerrarse en las preselecciones nacionales, tiene que expandirse de oriente a occidente y llegar a todos los rincones, se hace urgente trabajar en la formación de esa jugadora universal que necesitamos y no tenemos.
Este llamado de alerta para el voleibol femenino cubano es expedito, no hay tiempo que perder, seria muy lamentable seguir viendo caer al abismo tanta gloria.
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